miércoles, septiembre 29, 2004

Pitufo Tontín

Ahora parece que está de moda pegarles a los blogs desde los mismos blogs (paradoja!). No será esa la tónica de este post. Sería en parte un contrasentido.
Alguien de mi entorno (¡cómo odio esa palabra! ¡y cuán de moda está!) me dijo que leyó este blog y que le pareció que casi todos los comments que dejan ustedes le parecieron de lelos. Dice que notó que era todo como una gran chupada de medias entre yo y mis lectores (digamos, los que están a la derecha de este texto, en los Links, y algún que otro rezagado).
Expresó además que los comentarios no tuviesen profundidad alguna en la mayoría de los casos.
Debo decir, en defensa de los comentaristas (jua! rara forma de definir a "quienes dejan comments") que:
En primer lugar, no estoy de acuerdo: si bien no todos los comments son brillantes, tampoco todos los comments son de Pitufo Tontín.
En segundo lugar, no todos los posts tienen por qué generarles pensamientos profundos. Procuro ser naturalll; que cada post me salga como me salga (de ahí a que eventualmente los corrija es otra cosa). Y eso implica que a veces lo que piensa una persona (en este caso, yo) da para estar de acuerdo, otras veces para polemizar, pero también es válido -en esta sociedad democrática- el comment sin sentido, el comment de apoyo, el simple "pasé por aquí"!. Las ideas no se cuestionan!.
Así como un post puede no tener sentido, un comment puede tampoco tenerlo, y eso no está malll.

sábado, septiembre 25, 2004

¿De qué viven...

...los bares (en especial los del sur)?
Voy a perder la cuenta de las veces que virtualmente nos "echan" de un bar. Para peor, son lugares que tienen 'algo' de onda!.
La primera vez era cerrar las persianas.
La segunda ya era cierre de persianas y, de una, sillas dadas vuelta sobre las mesas vecinas, y de ahí tipito pasando el haragán (el secador). Cualquiera!
La siguiente, reunión de moza, dueño y barman en la barra, con actitud sobradora.
Ahora uno de los dueños, medio loquito espantando clientes con un ataque de locura (tiraba vasos al piso y decía groserías variadas), para que después su ¿hermano? haga un juego de luces, cierre de persianas, cambio de música y mucha cara de culo.
Si se perdieron 2 posibles Fernets que tal vez nos hubiéramos tomado nosotros (y sin contar los de otras mesas), es que no les interesa vender. ¿Entonces de qué viven?

viernes, septiembre 24, 2004

¿Los banco o no los banco?

Hoy estuve en el centro, haciendo un trámite en una oficina que queda en el edificio que hasta hace un tiempo ocupaba el Banco Tornquist (Mitre 559). Es impresionante por dentro. Quedé flasheado.
Es enorme. Tiene ese olor a madera vieja, a biblioteca... los ascensores (como 5) semiabandonados, son de esos re-viejos: tienen una palanca, los maneja un tipito de seguridad que te acompaña de mala gana (en su momento habrá sido un ascensorista, todo empilchado para su única función de mover la palanca), y van a los pedos (vuelan!). Una vez arriba, te perdés en los pasillos larguísimos, que son como laberintos. Todo en un silencio y una soledad abrumadores, con muchas sombras (parece haber pocas oficinas alquiladas). Juro que es un ambiente como para una película, o al menos, para gastarse un rollo de fotos.
Es raro pasar por la puerta de ese ex-banco y ver que está perfecto, las paredes todas blancas, al lado de todos los otros edificios de bancos actuales llenos de pintadas, descascarados, rotos... (que se caguen, sí!). Aún hoy parece que te estuviesen cargando... me acaba de llegar el resumen de cuenta del Galicia, que tiene un folleto promocionando una tarjeta de crédito, préstamos, inversiones, etc. Todo inalcanzable para el común de los empleados (incluído yo, por supuesto).

lunes, septiembre 20, 2004

Una vaquita

Viernes: A la noche, dosis de Internet, y a morir en casa viendo National Geographic (únicos documentales que no son soporíferos).
Sábado: Rico almuerzo y discusión. A la noche, resolución del conflicto (first contact resolution). Entre paréntesis, nada más lindo que estar en paz después de una discusión.
Cuestión que de ahí, reunión en lo de sus compas de laburo (ex compas de laburo míos). Diver. Rompí una botella de cerveza en la cocina (ouch!). Mi ex compa se acordará de mi por ese rico baho que perdurará unos días. Yo me acordaré de todos ellos por la buena onda.
De ahí a Popcity (popcito). Esta vez estuvo mejor la música. El calor, igualll. Habría que hacer una vaquita para comprar un aire acondicionado central para ese lugar (por Dios, qué ratas! no pueden tener sólo ventiladores de techo!)
Domingo: Fuimos a un recital de novel banda de rock setentero en un bar de Temperley. Re-lindo estuvo. Nada como un recital íntimo. Casi para vos. Un par de Bailey's (ella milk-shakes y Gancia) y al sobre derecho (nenecho).
Nice weekend... :)

viernes, septiembre 17, 2004

Invitación a almorzar/comer

Siempre que me invitan a comer en la casa de personas con quienes no tengo muchísima confianza, la comida me suele parecer fea (es sicológico).
Situación espantosa esa donde tenés un plato enorme servido, y la madre -por ej., de tu amigo- mirándote con cara de "sí! la hice yo!" y de "veamos que te terminés tooodo el platito de mondongo". Hay que terminarse la horrenda toalla, so pena de quedar como maleducados.
Y después viene el postre! que puede ser otra asquerosidad del tipo "panqueque calentito de manzana".
Entre arcadas, termino de comer, mientras me acuerdo "el cuento del paraguayo", un sinsentido que les contaba mi mamá a mis amigos, para que "no se hagan los tímidos, bien que quieren repetir".
Contaba mi mamá que cada vez que al paraguayo imaginario este lo invitaban a comer, y por más que la comida le gustase, contestaba siempre "nooo, te agradezco; vengo de comer en casa" (de comedido, nomás).
Pero una vez que el paraguayo volvía a su casa, se morfaba todo lo que encontraba en la heladera, famélico. Y cuando su papá le preguntaba si no le había gustado la comida de la otra casa, el paraguayito contestaba "parecía rica, pero como soy re-pícaro y para no incomodar, no acepté". (?)

domingo, septiembre 12, 2004

El programa idealll...

...para una tarde lluviosa es morir en un sillón con una sobredosis de mimos

sábado, septiembre 11, 2004

Relaciones interpersonales

El momento del tacto. A veces no entiendo cómo puede haber gente que se jacte de su sinceridad, muchas veces hiriente. "¡Qué boludo/a!" pienso, para mis adentros.
No podés decirle a alguien en la cara cosas hirientes. No debés. Al hacerlo estás siendo una mala persona! Bad bad bad boy/girl!
Igual, da la casualidad que ese tipo de gente se termina quedando más sólo que Kung Fu, y termina cambiando su forma de ser a la fuerza.
Hablando se entiende la gente. Tampoco entiendo al que, por evitar un mal momento, no previene un mal mayor. Específicamente, hablando. Lo peor que puede pasar ante una diferencia hablada es que no haya acuerdo. Lo peor que puede pasar ante una diferencia no hablada es una inexorable explosión.
Así, sencillito.

miércoles, septiembre 08, 2004

That's the way I like it

Un día de mayo de este año: Tarde infernal de llamadas incesantes en mi ex-laburo (en TP), todas de gente inútil que no sabía cómo librarse del virus Sasser. Para cada llamada había que llenar un ticket.
Por ahí la llamada era demasiado corta y no llegabas a tiempo a terminar el ticket antes de que entre la siguiente llamada, entonces para evitar eso te quedabas unos segundos en ACW (una especie de stand-by) hasta terminar el ticket y ahí sí que entre la llamada siguiente. Pero a los supervisores ese ACW los sacaba de las casillas. Entonces se acercaba mi superlotuda Fernanda, con su habitual cara de culo y una amenaza del tipo "te la estás buscando no?", bien fuerte, para que todos escuchen.
Anteayer: Llegué tarde a mi actual laburo. En un momento mi jefe -a.k.a. mi tío- nos llamó a Mariano y a mí a su oficina. "Que no se repita lo de hoy chicos. Tienen que llegar en horario. Hay gente que hace cola por su laburo". Con la cabeza gacha, asentimos (él tenía razón) y volvimos a lo nuestro.
Pero me di cuenta que Mariano no había llegado tarde. Por ende, advierto, lo llamaron a él también como para que el "reto" que en verdad era dirigido a mí fuera menos violento digamos.
¡Qué diferencia! Así da gusto que te reten. Con ubicación.

viernes, septiembre 03, 2004

Shiny happy people!

Mi vieja, en los días siguientes a las celebraciones (tipo casamientos, cumpleaños, comidas, etc.) hace como unos rankings de gente, que son geniales.
Por ejemplo, te dice cuál fue el ranking de "los más felices del casamiento", "los/las mejores vestidos/as", "los más 'hic' (o sea borrachos)", etc etc.
Y le salen bastante bien, te diré. Bastante sensatos que son. El más popular es el primero, el ranking de la felicidad.
Creo que si ella me viera últimamente, me pondría en los primeros puestos de ese ranking. Toy chocho, y procuro que la gente se ponga chocha.