
Diferente... como no le gusta decir a mi amigo.
Así fue como pasé la Navidad. Primero en lo de mis abuelos, para la tradicional comida. Lindo, aunque cada vez somos menos (todavía me acuerdo de cuando era más chico, en ocasiones en que éramos fácil 60 personas).
De ahí, a llamarla a mi flaca, y más tarde partir con 2 primos y un amigo a la punta de un cerro cercano, munidos de una conservadora, Coca de litro y medio, hielo en exceso, un Fernet y ganas de hacer los updates de nuestras vidas. Y a conversar temas interesantes hasta que las velas no ardan (o el frío nos gane, como terminó pasando). Igual, ya eran las 5 de la mañana. Ameritaba el regreso a la cucha. Pero nadie me quita lo lindo de esa noche reflexiva, y de las luces de la ciudad vistas desde ahí. Un espectáculo que esta foto de morondanga no llega a reflejar ni remotamente. Feliz Navidad!
